La importancia del agua en una clínica dental

El agua es un elemento fundamental en una clínica dental. Hay muchos procedimientos y aparatos en los que se utiliza, para refrigerar, limpiar, esterilizar, enjuagarse, etc.

Este agua debe estar en las mejores condiciones posibles, por muchos motivos: el primero, para evitar contaminaciones que puedan provocar infecciones tras un procedimiento dental (la gran cantidad de conducciones de agua y muchas de ellas de un diámetro muy pequeño son un perfecto reservorio para el crecimiento de gran cantidad de elementos patógenos). En segundo lugar, nos asegurará el perfecto funcionamiento de nuestros aparatos de tratamiento dental. Por último, nos proporciona una total bioseguridad en los numerosos protocolos en los que interviene el agua.

El agua de la red viene normalmente con impurezas y a veces incluso contaminada, si fallan los procedimientos de filtrado y cloración.  Por ello, no podemos confiar en que servirá en todo momento para nuestro uso con seguridad.

En  nuestra Clínica Dental en Albacete hemos instalado un ciclo de tratamiento del agua y posterior verificación único y pionero, para garantizar que esté en perfecto estado de descontaminación cuando llega a nuestros aparatos e instalaciones.

Vamos a describir paso a paso cómo conseguimos obtener este agua con tres grados de tratamiento, según para lo que se requiera:

El agua de la red pasa primero por un primer filtro a un depósito de almacenamiento.

En segundo lugar, pasa por un descalcificador de resinas de alto rendimiento.

Este agua filtrada y descalcificada sale por dos líneas: una que va a las instalaciones generales de aseos, lavabos, pilas de fregar y WC (filtrada y descalcificada). La otra línea pasa por un filtro de micropartículas para ir a un aparato de ósmosis Inversa que la purifica pasando a alta presión por su membrana.

Este proceso elimina el cloro que pueda llevar el agua de la red, por lo que conforme se produce se va volviendo a clorar con un aparato de cloración automático.

Este agua osmotizada y clorada se almacena en un depósito de 200 litros de donde sale la línea de agua que pasa por un filtro de rayos ultravioleta para desgerminizarla  con mayor seguridad.

Este agua (osmotizada, clorada y desgerminizada) se utiliza desde una segunda red de tuberías para llevarla a todos los equipos dentales y a las múltiples tomas de agua biosegura que hay en los gabinetes.

Una tercera línea de este agua pasa por un filtro de lecho mixto con lo que se desmineraliza completamente y se convierte en agua destilada que va a alimentar los esterilizadores y las máquinas de limpieza por vapor de la clínica (con lo que eliminamos las molestas y a veces inseguras garrafas de agua destilada comercial y nos aseguramos su perfecta pureza)

Con todos estos procesos nos garantizamos un agua perfectamente tratada y segura para evitar cualquier problema.

Para controlar la eficacia de estos tratamientos disponemos de unos aparatos para medir la cantidad de partículas disueltas en el agua (TDS), la conductividad eléctrica (EC), el Ph y la concentración de cloro libre en ppm. Con estos aparatos comprobamos las características y calidad de nuestras tres diferentes líneas de agua cada 15 días.

Cada seis meses viene una empresa externa de mantenimiento y verificación que comprueba el perfecto funcionamiento de nuestra instalación.

Este es un aspecto desconocido pero muy importante que muestra como en Clínica Dental Rafael Pla nos preocupamos de cuidar todos los detalles para conseguir ofrecer los mejores y más seguros tratamientos a nuestros pacientes.

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