Todos ayudan a fortalecer la dentadura y prevenir la aparición de bacterias, pero existen colutorios adaptados a cada necesidad.
A continuación, te mostramos cual debes usar para cada tipo de situación. Y recuerda, que nunca deben sustituir al cepillado.
CARIES: El colutorio es fundamental para prevenir caries. Son recomendables colutorios con fluoruro sódico. Ayuda a controlar las bacterias y a evitar que se produzcan nuevas caries.
IMPLANTES DENTALES: Conviene utilizar un cepillo suave quirúrgico y usar colutorios específicos. Son recomendables los enjuagues bucales con clorhexidina, para prevenir infecciones.
SEQUEDAD: Si tiene sequedad bucal o reducción de la saliva está más expuesto a posibles infecciones bacterianas. Debe usar un colutorio rico en sales minerales, vitamina E y flúor. También son adecuados aquellos que contengan triclosan.
PROBLEMAS DE ENCÍAS: Se suelen recomendar colutorios suaves, sin alcohol. Por ejemplo con povidona iodada, fenoles o aceites esenciales. Los colutorios con sales metálicas también están indicados para estos casos, si bien dichas sales tienen una cierta toxicidad. En el caso de la periodontitis, puede usarse también clorhexidina, un antiséptico de amplio espectro eficaz contra la placa bacteriana.
ORTONDONCIA: El cepillo suele resultar insuficiente y puede provocar gingivitis. En las farmacias, encontrarás colutorios específicos para pacientes que llevan ortodoncia.
LLAGAS: Necesita un colutorio que reduzca la cantidad de bacterias. Hay soluciones caseras como la mezcla de agua con sal como enjuague.
HALITOSIS: No existe un colutorio especifico para el mal aliento. Lo más importante es conocer la causa. Aunque, incrementar el cepillado siempre es recomendable y sobre todo, acude a un profesional.